Por Julia Guarrera / 06 de Febrero de 2025
Hoy en día, muchas de las enfermedades degenerativas que aquejan a la humanidad tienen su origen en una disfunción mitocondrial, incluida la cáncer. Se ha descubierto que no son las mutaciones en el genoma las que causan estos trastornos, sino las alteraciones en el ADN mitocondrial, lo que conlleva un mal funcionamiento de la producción de energía en el cuerpo. Como consecuencia, la actividad eléctrica de las células se ve alterada, lo que se expresa de diferentes maneras según el grado de daño.
Pero ¿cómo se altera la función nuestras mitocondrias? Son varios los factores que contribuyen a este deterioro. El sedentarismo, la falta de conexión con la superficie terrestre (que tiene la capacidad de donar electrones y equilibrar las cargas negativas del cuerpo), una alimentación inflamatoria y deficiente en nutrientes reales, la ausencia de exposición al sol (clave para la producción de melatonina subcelular, un potente antioxidante), el estrés crónico y la alteración de los ritmos circadianos, sumado a la vida en las urbes, rodeados de ondas electromagnéticas que distorsionan nuestra fisiología, empeoran significativamente el cuadro.
Es importante entender que, si bien nuestros hábitos diarios son los que determinan la salud a largo plazo, existen sustancias específicas que pueden ayudar a restaurar el equilibrio energético, interviniendo directamente en la función de estas mitocondrias esenciales para el óptimo funcionamiento de nuestro organismo.
Afortunadamente, existen sustancias que pueden ayudar a restaurar el equilibrio de nuestra energía celular, y una de ellas es el azul de metileno. Originalmente utilizado como tinte en 1876, hoy se reconoce su capacidad para mejorar la función mitocondrial y tratar diversas condiciones de salud.
El azul de metileno (también conocido como cloruro de metileno de bencilo) es un compuesto sintético de color azul, utilizado históricamente tanto como tinte. Fue sintetizado por primera vez en 1876 por el químico alemán August Wilhelm von Hofmann, quien trabajaba en la Universidad de Berlín. Su propósito original era desarrollar un tinte para el algodón y otras fibras textiles, aprovechando su fuerte color azul, que resultaba particularmente útil en la industria textil. Durante los siguientes años, se estableció como un colorante popular en la industria textil, especialmente para teñir telas de algodón y seda.
El uso del azul de metileno se amplió en las primeras décadas del siglo XX, cuando los investigadores comenzaron a explorar sus propiedades terapéuticas. A finales de 1891, se descubrió que este compuesto tenía propiedades antimicrobianas, lo que abrió el camino para su aplicación como antiséptico y tratamiento para diversas infecciones.
En la década de 1890, los médicos empezaron a notar que el azul de metileno podía afectar a los parásitos que causan la malaria, en particular a Plasmodium, el protozoo responsable de la enfermedad. Durante la primera mitad del siglo XX, se utilizó ampliamente en algunos países como tratamiento antipalúdico, antes de que los tratamientos más efectivos, como los derivados de la quinina y más tarde los medicamentos basados en artemisinina, tomaran protagonismo.
Además fue utilizado a lo largo del siglo XX en otras áreas médicas. Se le atribuyó el tratamiento de intoxicaciones por cianuro, donde actuaba como un antídoto, y se empleó también en cirugía para marcar tejidos y órganos.
En tiempos más recientes, el azul de metileno ha sido objeto de investigación por sus propiedades en la medicina regenerativa y el tratamiento de enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo y el daño mitocondrial. También se está investigando como un potencial tratamiento en diversas condiciones neurodegenerativas debido a su capacidad para influir en la actividad de las mitocondrias y actuar como antioxidante.
Es un potente antioxidante que actúa directamente sobre la respiración mitocondrial, ayudando a producir más energía (ATP) para las células. Al ingresar en el cuerpo, este compuesto también puede atravesar la barrera hematoencefálica, lo que le permite tratar trastornos neurológicos al mejorar la función cerebral
La evidencia científica respalda el uso del azul de metileno en el tratamiento de diversas condiciones de salud. Entre sus principales aplicaciones se encuentran:
Ansiedad
Depresión: inhibe la monoamino oxidasa A (MAO-A), lo que podría ser responsable de sus efectos antidepresivos. En un estudio cruzado, los pacientes tratados con azul de metileno (300 mg) mostraron una mejora significativa en los síntomas depresivos comparados con el placebo (15 mg).
Trastorno Bipolar
Alzheimer y otros tipos de demencia: mejora la función mitocondrial, regula el ciclo redox y tiene efectos antioxidantes. Esto podría proteger al cerebro de daños relacionados con el envejecimiento y la neurodegeneración. Se observa que inhibe la acumulación de proteínas tau, un componente clave en la patología del Alzheimer, y mejora la función cognitiva en modelos de ratones transgénicos. Puede no ser tan efectivo si el paciente ya está recibiendo tratamiento farmacológico.
Parkinson.
Malaria
Candidiasis: Gracias a sus propiedades antifúngicas, el azul de metileno es útil para tratar infecciones por hongos como la candidiasis.
Antivírico (ARNm): por vía endovenosa, y en presencia de luz roja, se activa en un estado excitado, lo que permite la formación de oxígeno singlete, un potente agente oxidante. Este proceso puede causar daño en el RNA viral, contribuyendo a su inactivación. Es eficaz contra virus como el herpes, HVC, Ébola, Zika, HIV, COVID y el virus del Nilo.
Hipotensión refractaria: actúa sobre el óxido nítrico, lo que puede ayudar a tratar la hipotensión refractaria.
Antiage: se ha observado que el azul de metileno reduce significativamente los signos de envejecimiento en fibroblastos dérmicos de personas mayores, mejorando la proliferación celular y reduciendo biomarcadores de envejecimiento como el SA-β-gal y p16. También aumenta la expresión de elastina y colágeno tipo 2A1.
Reparación de heridas
Infecciones del tracto urinario a repetición
Energizante: ayuda a aumentar los niveles de energía, beneficiando a aquellos con fatiga o agotamiento crónico.
Metahemoglobinemia
Autismo: considerado como una enfermedad metabólica, el azul de metileno puede ser útil en el tratamiento del autismo, ya que mejora la función mitocondrial y la producción de energía en los pacientes.
Dolor neuropático
Mucositis oral
Dolor articular (artritis)
Migrañas: se ha mostrado efectivo en el tratamiento de las migrañas, ayudando a reducir la frecuencia y severidad de los episodios.
Cáncer: Su acción sobre las células tumorales es diversa, y su combinación con terapia de luz roja potencia sus efectos, convirtiéndolo en un tratamiento prometedor dentro de la terapia fotodinámica.
Quiero aclarar que no es mi intención que salgas corriendo a comprar azul de metileno sin antes tener toda la información. Lo importante aquí es que sepas que existe como una opción terapéutica en ciertos casos y ha mostrado excelentes resultados en diversas condiciones. Sin embargo, siempre debe ir acompañado por un plan de acción integral, sea cual fuere la razón por la que desees comenzar a utilizarlo. Es esencial que sea supervisado por un profesional, ya que cada caso es único y necesita un enfoque personalizado.
Aunque el azul de metileno tiene múltiples beneficios, como cualquier suplemento, debe ser usado con precaución:
Generalmente se presenta en solución 1%, donde una gota equivale a 0,5 mg. Por lo tanto 10 gotas equivalen a 5 mg de azul de metileno. La recomendación inicial es comenzar con 10 gotas al día y aumentar progresivamente hasta alcanzar la dosis ideal, que generalmente no supera los 100-200 mg diarios dependiendo del objetivo de tratamiento.
Como siempre, les sugiero que previo a comenzar el tratamiento con esta poción mágica, consulten con su médico de cabecera para adaptar la dosis a las necesidades personales de cada uno. Si desean recibir orientación personalizada, pueden sacar turno con cualquiera de las médicas de mi equipo, quienes sabrán cómo indicarlo correctamente según sus necesidades.
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