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CÓMO PREVENIR UN INFARTO

Por Julia Guarrera / 29 de Marzo de 2023

La calidad de las paredes de los vasos arteriales determina en mayor medida la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares vinculadas a la ateromatosis (IAM, ACV). En el contexto de una pared arterial débil, sumado a estresores externos cotidianos producto de los malos hábitos del hombre contemporáneo que generan estrés oxidativo e inflamación, podemos comprender por qué las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte hoy en día.

Por un lado, es importante tener presente la importancia de la vitamina C para la síntesis de colágeno de calidad. Esta vitamina, al igual que todas (salvo la vitamina D que en parte puede sintetizarse en la piel como consecuencia de la exposición a la luz del sol) necesita ser adquirida a través de los alimentos o la suplementación ya que el cuerpo es incapaz de producirla por sí mismo, es decir que es un nutriente ESENCIAL. 

La fina capa que reviste los vasos sanguíneos está compuesta por colágeno, y su calidad determina el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Esta preciada y necesaria vitamina interviene en la formación de la hélice de colágeno: proteína compleja sintetizada por una célula denominada fibroblasto.  Es clave tener presente que cada vez que se sintetiza una molécula de colágeno la vitamina C que interviene se destruye y no puede ser reutilizada; con lo cual si además del aporte insuficiente tenemos grandes demandas por parte de nuestro organismo, este nutriente es seleccionado para complir funciones más vitales, (característica sobresaliente de la capacidad de nuestra fisiología de sobrevivir) dejando desprovista por completo la síntesis de colágeno. 

Por otro lado, tenemos altos niveles de estrés oxidativo e inflamación que lesionan la pared arterial debilitada:

-picos de azúcar e insulina en sangre que inflaman

-homocisteína elevada que genera vasoconstricción y estrés oxidativo

-altos niveles de ácido úrico que consumen el óxido nítrico y producen hipertensión arterial

-bajos niveles de minerales como el magnesio que intervienen en la relajación del músculo vascular

-déficit subclínico de nutrientes como la vitamina D, coenzima Q10, glutation, entre otros, que actúan sobre el estrés oxidativo, la inflamación y la función cardiovascular.

Las placas de ateroma se forman en los segmentos arteriales con mayor estrés mecánico por la presión sanguínea en el contexto de una pared arterial debilitada por el déficit subclínico de vitamina C y los hábitos pro inflamatorios y pro oxidativos que agravan aún más el problema. A medida que la pared arterial se va agrietando, van quedando expuestos algunos componentes del colágeno como el aminoácido lisina que atrae fácilmente a un tipo de colesterol llamado Lp(a). Su estructura es similar al colesterol LDL, siendo la principal diferencia estructural entre ambas que la Lp(a) tiene una segunda proteína llamada apolipoproteína (a).

Con el tiempo se va formando un ovillo entre la lisina expuesta del vaso lesionado y el colesterol circulante con el fin de emparchar las áreas dañadas de una arteria sometida al continuo estrés mecánico, con lo cual la placa de Lp(a) cumple un rol complementario de soporte estructural en condiciones de déficit nutricional: esto es lo que debemos resolver; no el consumo de grasas provenientes de la dieta.

Podemos determinar entonces que la prevención de este fenómeno es el consumo ortomolecular diario de vitamina C (entre 5-8 gramos por día), agregando los aminoácidos lisina y prolina (que forman parte de la estructura del colágeno) permitiendo que las Lp(a) circulantes se unan a ellas en lugar de la lisina que forma parte de la pared vascular lesionada.

La práctica médica convencional incita al uso de múltiples fármacos con múltiples efectos adversos e interacciones medicamentosas entre sí en el contexto de una alimentación desprovista de grasas: nutrientes fundamentales para el funcionamiento del organismo. 

Es momento de que entendamos que variando las concentraciones de sustancias presentes en el organismo de manera natural y fisiológica (agua, vitaminas, oligoelementos, grasas, proteínas y oxígeno) podemos impactar de manera beneficiosa en nuestra salud.

 

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Carr, A.C.; Frei, B. Toward a new recommended dietary allowance for vitamin C based on antioxidant and health effects in humans. Am. J. Clin. Nutr. 1999

Cómo vivir más y  sentirse mejor, Editorial Plantea S.A- 1986 Linus Pauling

Fernando Machado, Ximena Reyes. ¿Qué debe saber el cardiólogo sobre la lipoproteína (a)? Articulo de revisión 2019

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